Hoy, de nuevo, vino a visitarme la tristura;
¡Vieja amiga!
¿No quice dejarla entrar?
¡No quice dejarla entrar!..
Pero se coló un poco por la puerta entre abierta...
Letras negras, de sombras largas, de movimientos adagio, de noches cerradas y llenas de lobos.
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